Convierte la comparación en inspiración

APRENDIZAJESCONFESIONARIOTIPS DE VIDA

4/26/20242 min read

Voy a confesar algo que no me había atrevido a confesar, ni a mi misma, hasta hoy, ahora, ahorita: tuve envidia, mucha envidia de alguien.

Lo triste es que ni siquiera conozco en persona a la persona en cuestión, valga la redundancia. Tenía envidia de fotos, recuerdos de otros, comentarios, publicaciones en redes sociales. Tenía envidia de lo que yo creía que ella había tenido y yo no iba a tener. Me estaba comparando y ni siquiera lo estaba haciendo con la persona real, me estaba comparando con una imagen que yo misma me había creado. La comparación y la envidia venían desde el miedo. Tenía miedo de que no me quisieran como a ella, que no me aceptaran como a ella, que no se crearan recuerdos como los que se crearon con ella. Pero ¿yo qué sé de lo que los demás sienten, aceptan o recuerdan? Yo no sé nada, pero tenía miedo y el miedo trajo la envidia y, por lo tanto, el sufrimiento.

Después, entendí que había sido una pérdida de tiempo y de energía esa comparación. Pero agradezco la experiencia, gracias a ella aprendí las siguientes cosas:

  1. Usualmente nos comparamos con una imagen que nosotros mismos idealizamos, ya sea de nuestra propia versión perfecta o de la versión perfecta que vemos gracias a los fragmentos de vida que otros publican. La realidad suele distar mucho de lo que creemos.

  2. La envidia viene del miedo. La inspiración viene del amor.

  3. Cada persona tiene su propia frecuencia y resonancia, eso es lo que nos hace únicos y maravillosos. Ser nuestro propio yo es lo que nos da poder.

Así que ahora, cada vez que me encuentro en un momento de comparación, me pregunto lo siguiente:

  1. ¿Estoy comparándome con una versión real o con algo que estoy idealizando?

  2. ¿Qué aspectos de la vida de esta persona quiero para mi propia vida?

  3. ¿Cómo puedo usar a esta persona de modelo para alcanzar mis propios objetivos?

  4. ¿Qué es lo que veo en él/ella que está en mí? ¿Es algo que admiro o es algo que no quiero aceptar y por eso me molesta en la otra persona?

Ahora, te invito a que reflexiones sobre las veces que te has comparado o que aún te comparas. Y, cuando surja la comparación o la envidia, hazte las misma preguntas de arriba que me hago yo. Sé compasiva contigo misma, compararnos es parte de la naturaleza humana, y podemos sacarle provecho si lo usamos como un modo de ver lo que nosotros mismos podemos tener o lograr, es decir, si cambiamos la comparación por inspiración.

Con amor,

Naye